MIRANDO CIERTO MUELLE
Mira el muelle
la brisa que dirige a sus naves el deseo
la brisa y su ojo codicioso
la brisa y su entrepierna caliente
Toca el muelle
—su neblina araña rostros
oculta heridas
cuida los muros que levanta el silencio
la agonía
la ceguera del puerto—
Muerde la arena
degusta su pepita amarga donde ni Francis Drake
ni Morgan previeron nuestros pasos
donde sólo nos queda la memoria
ese vómito marino
LAS NAVES
Para Blanqueto, Vadillo,
Celis y Pacheco, en la ebriedad de sus memorias.
Las naves que no fueron
las que nunca han sido otra cosa que traficantes de fierezas
buscan un sitio en la memoria de hombres
pobladores de los muelles
sus esqueletos quedan ahora como cascos habitación
del óxido después de una batalla
vencedores de una pelea
víctimas de la hecatombe del invencible tiempo
sangran
la sangre es un río sin desembocadura
el grito es una espina muda en la ingle
De aquellas naves ninguna dura
las arenas hablan de capitanes y marineros
que nadie conoce
los libros cuentan de ladrones
asesinos
escoria de otros siglos
blanco del odio y la indiferencia de estos días
ya el salitre recorre antiguos nombres
apellidos que son moneda corriente en las calles
ya el olvido recobra lo que le pertenece
incluso la huella
que alguna vez dejaron esas naves en la brisa
para alabanza y gloria de sus héroes
Han pasado los años
sólo queda de las hazañas de fieros navegantes
estas palabras que nada cuentan de ellos
ni los alaban
y esta obsesión de pensar que existieron
PEZ BOQUIABIERTO
Luego del pez
el poeta caerá en su propio anzuelo de palabras
Amante del dolor
colgará su cuerpo de un alambre con púas
la carne gritará maldiciones
fantasmas que estuvieron siempre sin querer
Cuando el grito se suspenda en el aire
como una cuerda de violín
las escamas se abran a la tortura
no brillará la sangre del poeta como su lengua sin infierno
DICIEMBRE
Con qué frío te nombrará el invierno
desde qué tren se despide la madrugada
y en qué rincón nos reducirá la fatiga
si apenas la ciudad cierra los ojos
permanecemos insomnes
EL PUENTE
Para Freddy Domínguez Nárez
El Puente de los Perros se extiende al infinito
su nombre puede ser una contradicción
las personas sedentarias piensan que –como ellos–
los perros no viajan
no huyen de la ciudad
Mas el viajero —el nómada
el inconforme— tiene —dicen— patas de perro
el perro y el caminante son lo mismo:
al estar en un sitio recorren otro
El Puente de los Perros conecta la bahía con el Atlántico
Maqroll rayó en él sus iniciales con grafito
Caronte lo eligió para cruzar el agua sin mojarse
cuando estuviera solo
y por allí se incorporan los visitantes de tierras extrañas
Algún día caerá el Puente de los Perros
cuando esto ocurra todas las ciudades
se hundirán en sí mismas
la historia del Nautilus se repetirá
Babel será nuevamente dios y demonio
el campo y la ciudad serán mundos perdidos
y estas palabras ya no serán más
pero hasta entonces
el Puente de los perros indicará nuevas y viejas rutas
comunicará esta página con el viaje de nunca acabar
EL AFILADOR DE ESPADAS
El afilador de espadas
siente la misma dicha que el constructor
o tal vez más
Acerca primero la punta de la lengua metálica
al cuello de la roca —piensa entonces
en la mujer que dejó esperando—
acaricia la porosidad del esmeril con el filo
es tal su concentración que desaparece todo
en derredor suyo
La espada para él es un espejo
todo el que se refleja está signado por la sangre
El afilador de espadas ama el filo y el riesgo
quien ama espadas se eterniza
quien ama espadas
tiene los ojos entre las manos de los muertos
UN PUENTE HACIA OTRAS AGUAS
Para Cosme Álvarez
1
Capitán —marinero en tierra—
contemplabas el horizonte
El abismo que hay detrás –pensabas– será mío
Nos haremos amantes y tendremos hijos
Si no fuera por mi madre y mis hermanos
Mi padre que vive allá donde se curvan los caminos
Quizá ahora despojaba ese abismo
Si no fuera
Capitán
es de entenderse
por los retratos amarillentos en el clóset
la gota del abuelo
la abuela y el óxido de su matriz
el temor de la adolescencia
que se mueve en la camisa cuando sube la marea
y sopla el viento
las voces de los muchachos —tus amigos—
que van por ti para llevarte a los burdeles
en fines de semana
y mirar el pubis de las bailarinas
como un oscuro remolino en altamar
las tardes en la plaza
las mañanas en el muelle
el tedio de ciertas noches
en el pasto del jardín de tu casa
la brisa y los pájaros
que llevan el nombre de distintas ciudades
los trozos de infancia que repartiste en varios pueblos
los baluartes
las murallas
Si no fuera
Capitán
por tus murallas
si no fuera
otra ciudad le cantara a tus ojos
2
Una madrugada soñaste Veracruz
era tan tuyo
los hombres recibían tu cargamento
(pesaba como el muro de tu recuerdo más íntimo)
Allí estaba tu gente
—la que te vio salir de la cueva de tu madre—
el molinero el pescador el sastre y la partera
la madre Juliana de cien generaciones
los unos y los otros allí estaban
Sólo brillaba la ausencia de un hombre
—imberbe aún y flaco
a quien no miraste
como no se puede mirar un espejo desde adentro—
temeroso de ver la luz de un nuevo puerto
3
Sólo el Tíber quedó tan fugitivo
por donde los muchachos huían también de sus ciudades
en otro tiempo quizá los conociste
corrías tras de fantasmas cuyos olores eran el futuro
y ellos avanzaban hasta hundirse en el agua
vestías otras ropas
hablabas otra lengua
y ahora no puedes traducir tus viejos pensamientos
olvidaste esa lengua
esas arenas
el sueño también es fugitivo y permanece
4
Al Canal de la Mancha arrojaste una piedra
deseabas escupir todos los muros de la vieja península
todos los caminos fueron tuyos
todas las construcciones
dos guardias reales te apresaron
por orinar en la cama de la reina
cuando el rey te perdonó
reíste al orar por el espíritu de todos los reyes católicos
5
Grandísimo canalla
capitán de tercera
deshazte de esas anclas
y olvida ya ese suelo que ni siquiera es tuyo
Esos retratos que amarillea la sal nacieron de otras aguas
tu madre es de otros campos
tu padre de otros ríos
en otro cielo te parió la lluvia
no en este que hoy contemplas
naciste en un camastro
has de morir en otro
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Textos tomados del poemario: Navegar es un pájaro de bruma, incluido en la reunión poética personal Dicho está (Mantis Editores, Guadalajara, Jalisco 2008). Navegar... será re-editado en 2010 por Ecrits Des Forges, editorial canadiense especializada en poesía.